domingo, 9 de febrero de 2014

Arqueólogos cubanos localizaron la ubicación exacta de un cementerio chino en el poblado de Mariel (occidente del país) que se presume sea el más antiguo de su tipo en toda América, informó este sábado el diario oficial Granma.

El Carabobeño 08 febrero 2014

Localizan cementerio chino más antiguo de América en Cuba

En ese camposanto fueron enterrados al menos unos 290 chinos. (Foto Internet)
EFE
Arqueólogos cubanos localizaron la ubicación exacta de un cementerio chino en el poblado de Mariel (occidente del país) que se presume sea el más antiguo de su tipo en toda América, informó este sábado el diario oficial Granma.
Los investigadores consideran que en ese camposanto fueron enterrados al menos unos 290 chinos culíes de los grupos que empezaron a llegar como mano de obra en 1847 a la isla, primer destino de la migración china al continente americano.
“Aunque el museo municipal de Mariel lo tenía registrado desde hace años en la lista de sus lugares patrimoniales (pero sin precisar su ubicación exacta), la supuesta presencia de un cementerio chino allí tenía más de leyenda que de realidad pues no aparecía mencionado en ningún documento”, indicó el periódico.
El artículo señala que en 2012 grupos espeleológicos lograron finalmente localizar el cementerio “oculto bajo una espesa vegetación” y entonces “dejó de ser una ficción para despertar el interés de los arqueólogos y demás especialistas”.
En diciembre pasado comenzó el trabajo de excavaciones para delimitar el área de la necrópolis en el siglo XX e “interpretar su uso en la segunda mitad” del siglo XIX.
Los arqueólogos y otros especialistas que participaron en la campaña lograron “visualizar” el “contexto y composición general” del cementerio, incluido elementos como su posible puerta de entrada y un muelle de madera que apunta a la probabilidad de acceso por mar para los entierros y visitantes.
Según historiadores, la presencia china en Mariel, poblado costero de la provincia occidental de Artemisa (unos 45 kilómetros al oeste de La Habana) se explica debido a que en 1861 las autoridades coloniales españolas establecieron allí una estación de cuarentena sanitaria hacia donde desviaban los barcos con culíes que llegaban al puerto habanero.
“Allí permanecían recluidos un tiempo para evaluar su estado de salud y evitar la introducción de enfermedades a la isla”, explicó Granma, que cita registros de la entrada a esa cuarentena de unos 29.000 chinos entre 1861 y 1872.
Se estima que más de 130.000 culíes llegaron a Cuba, pero un 13 por ciento de ellos falleció en la travesía y otro porcentaje similar a causa del rigor de los trabajos forzados, castigos y enfermedades.
Entre 1860 y 1875 arribó una segunda oleada de emigrantes desde California (EEUU), que a diferencia de los culíes tenían más instrucción y habilidades para los negocios y recursos económicos para instalar las bases del que fuera el mayor enclave del país asiático en América Latina.
En Cuba, a mediados del siglo XX, la población china se calculaba en 40.000 personas. Actualmente quedan pocos de ellos y con edades muy avanzadas. Granma señaló que el camposanto “lamentablemente muestra condiciones de conservación muy deplorables provocadas por el olvido de tantos años” y llamó a su preservación.

Investigadores chilenos hallaron los restos óseos que corresponden a un nuevo tipo de plesiosaurio, un reptil marino de cuello alargado que habitaba en la sureña región del Biobío hace 65 millones de años.

Investigadores hallan un nuevo tipo de dinosaurio marino

De gran tamaño y con un cuello que llegaba a medir hasta 3,5 metros de largo, el "Aristonectes quiriquinesis", un tipo de plesiosaurio, habitaba los mares del hemisferio sur durante la Era Mesozoica, que se inició hace 251 millones de años y finalizó hace 65 millones de años.

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Un equipo internacional de científicos estudia el ejemplar (Efe)
EL UNIVERSAL
viernes 7 de febrero de 2014  
Santiago de Chile.- Investigadores chilenos hallaron los restos óseos que corresponden a un nuevo tipo de plesiosaurio, un reptil marino de cuello alargado que habitaba en la sureña región del Biobío hace 65 millones de años.

Los paleontólogos, que publicaron los resultados de su investigación en la revista científica "Journal of Vertebrate Paleontology", realizaron sus primeros hallazgos en 2001 y encontraron nuevos restos en 2009.

"Lo primero que apareció fue el cráneo sin el cuerpo, pero el curioso fenómeno de la marea hizo que afloraran distintas partes del cuello del animal en 2009", explicó a Efe David Rubilar, paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural de Chile (MNHN) y coautor de la publicación.

De gran tamaño y con un cuello no tan largo como su hermano del hemisferio norte (3,5 metros en vez de 5), el "Aristonectes quiriquinesis" habitaba los mares del hemisferio sur durante la Era Mesozoica, que se inició hace 251 millones de años y finalizó hace 65 millones de años.

"Uno pensaría que, como son reptiles y viven en el agua, debían encontrarse por todos los océanos del mundo, pero resulta curioso que sean distintos en el hemisferio norte y en el sur. Estamos estudiando por qué es así", comentó Rubilar.

Científicos de la Universidad de Chile y de Concepción, de la Universidad de Heidelberg, en Alemania; la de La Plata, en Argentina; de la Universidad Marshall estadounidense y del MNHN, han colaborado en el rescate de este ejemplar.

Los paleontólogos han determinado que hay suficiente material como para compararlo con el cráneo de otro reptil que apareció en Argentina en 1991.

"Era un misterio taxonómico que duró mucho tiempo, hasta que conseguimos excavar este otro ejemplar que ha permitido extraer algunas conclusiones", señaló Rodrigo Otero, el autor principal de la publicación.

De hecho, ya en 1848 el primer director del MNHN, Claudio Gay, describió los restos de un primer ejemplar de estos reptiles marinos prehistóricos, pero los restos aislados no permitían atar cabos sueltos.

Pese a que aún no se conoce por qué la forma del cráneo es más ancha en estos reptiles del mar austral, los investigadores creen que está relacionado con la dieta.

"Los plesiosarios que conocíamos antes se alimentaban de moluscos, pero aparece que el tipo de dieta puede ser la causa de ese ensanchamiento craneal", dijo Otero.

"El volumen de agua de la boca es mucho mayor, además tiene los dientes modificados de tal forma que nos son eficientes para comer peces. Es un diente más fino", agregó.

El linaje de este tipo de plesiosaurios se extinguió en el periodo Cretácico, posiblemente como consecuencia de los cambios en el nivel del mar.