lunes, 15 de mayo de 2017

La historia de los dinosaurios se reescribe En 1888 se propuso dividir a estos desaparecidos animales en dos grupos: los que parten del ave y los del reptil


CORTESÍA
 Los huesos fósiles de estos extintos animales fueron conocidos desde la antigüedad, pero fue el paleontólogo inglés Richard Owen quien en 1842 los bautizó como dinosaurios
Por GDA EL COMERCIO | TOMÁS UNGER
14 DE MAYO DE 2017 01:08 AM
Entre los animales que han despertado mayor interés popular, hay un grupo que ya no existe, ni siquiera en los zoológicos: los dinosaurios. Estos siempre captaron nuestra imaginación. Los conocemos desde chicos gracias a libros, museos y películas. Recientemente han vuelto a cobrar vida gracias a los efectos especiales del cine. Fueron los animales terrestres más grandes que habitaron la Tierra; y había de todo tipo, desde pequeños y feroces bípedos, como el velocirraptor, hasta enormes herbívoros, como el brontosaurio.
Los huesos fósiles de estos extintos animales fueron conocidos desde la antigüedad, pero fue el paleontólogo inglés Richard Owen quien en 1842 los bautizó como dinosaurios. En griego, deinos es terrible o aterradoramente grande, y saurio es reptil. Terribles reptiles. Para entonces se habían encontrado suficientes huesos para reconstruir diversos ejemplares y clasificarlos por sus características estructurales. En 1879, Othniel Charles Marsh bautizó al brontosaurio (reptil trueno). Calculó que medía más de 22 metros y pesaba más de 15 toneladas.
En 1888 el paleontólogo inglés Harry Seeley sugirió dividir a estos animales en dos grandes grupos: los ornithischia (cadera de ave) y saurischia (cadera de reptil). A medida que se encontraron nuevas especies, se sugirieron otras divisiones, pero la clasificación de Seeley se mantuvo vigente. Mientras tanto, el progreso de los medios para fechar fósiles permitió establecer fechas.
Los dinosaurios aparecieron en el Triásico, hace 243 millones de años, prosperaron en el Jurásico (180-185 millones de años atrás) y se extinguieron al final del Cretáceo, (175-70 millones de años atrás), hace 66 millones de años cuando cayó el meteorito de Yucatán (México), lo que alteró drásticamente el clima y eliminó más de 75% de las especies que habitaban la tierra.
De los dinosaurios sobrevivió un solo clado (rama en el sistema de clasificación), que es el de las aves. Desde el picaflor de cinco centímetros hasta el avestruz de 2,75 metros, descienden de los terópodos (pies de fiera). Del ancestro de los dinosaurios, los asilisaurios, descienden las tortugas y los cocodrilos que viven hoy.
Plumas. Desde el descubrimiento de archeopteryx, que vivió en el Jurásico hace 150 millones de años, se sabe que las aves son descendientes de los dinosaurios. El archeopteryx, de 50 centímetros, encontrado en Alemania “que entonces era un archipiélago tropical” tenía plumas en sus anchas alas, con las que podía planear pero difícilmente volar.
Los paleontólogos dedujeron que ese era el inicio de la evolución de las plumas. Pero cuando los cambios políticos abrieron a China a la investigación científica, hubo grandes sorpresas. Se encontraron miles de fósiles, entre ellos decenas de nuevas especies de dinosaurios, algunos con más de 200 millones de años y con plumas. Los descubrimientos de China causaron una revolución en la paleontología, planteando nuevas teorías sobre el origen de los dinosaurios.
Como la evolución de las plumas comenzó 100 millones de años antes de la aparición de las primeras aves, resultó que su función era térmica, abrigar del frío. Al parecer tienen su origen en las escamas de los antiguos reptiles y recién tomaron la forma que permite el vuelo en los dinosaurios pequeños y medianos.
En la provincia Liaoning, en China, se encontró el fósil casi completo de un dinosaurio de 170 millones de años con plumas. Fue bautizado ?Anchiornis huxleyi?, en honor del paleontólogo Thomas Henry Huxley. Este ejemplar tenía cuatro patas largas y una larga cola, todas cubiertas de plumas, como parte de su cabeza con una cresta, cuello y torso.
Sin embargo, en diversas partes del cuerpo tenía aún escamas y no volaba ni planeaba. Era un animal pequeño de unos cuarenta centímetros y de una envergadura de 50 centímetros de sus patas delanteras extendidas como alas, que probablemente servían para dar largos saltos. Era un predador carnívoro.
El nuevo orden
Los descubrimientos de China obligaron a una revisión total de los conocimientos sobre dinosaurios. Así como se descubrió que las plumas se originaron de las escamas para abrigar a los dinosaurios ante los cambios climáticos, se tuvo que revisar toda la clasificación. Se sabía que hace 200 millones de años, en el Triásico, los primeros animales voladores fueron los pterosaurios, sin una pluma, que desaparecieron junto con los demás dinosaurios hace 66 millones de años.
La clasificación, de acuerdo con las características comunes, confirmó la división de Harry Seeley hace más de 100 años en ornithischia y saurischia. Ahora M. G. Baron, de la Universidad de Cambridge, ha comparado 457 características anatómicas de las más de 1.000 especies de dinosaurios identificadas y ha añadido una nueva rama: ornithoscelida (del griego ornito, que significa ave, y celida, que significa extremidad o costilla).
A medida que aparecen nuevos dinosaurios nos damos cuenta de su evolución. Hoy tenemos más de 10.000 especies de aves “que son dinosaurios” volando o corriendo por el mundo, son el grupo más numeroso de vertebrados después de los peces. Si tomamos en cuenta que los dinosaurios comenzaron a andar en dos pies y usar las manos hace más de 200 millones de años, cabe especular cómo evolucionarían en los siguientes 76 millones de años.
Los velocirraptores eran inteligentes y aparentemente cazadores eficientes, bípedos con manos como los humanos. Pero los dinosaurios se acabaron y solo quedan las aves. Curiosamente entre ellas, a pesar de tener un cerebro pequeño, tenemos cuervos sorprendentemente inteligentes. Entre tanto, los paleontólogos están revisando todo lo que saben sobre dinosaurios y dicen que lo que han descubierto y la clasificación que han construido “no quiere decir que es la correcta, pero es lo mejor que podemos hacer con los datos que tenemos hasta el momento”, y se seguirán encontrando fósiles que darán sorpresas.


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