miércoles, 6 de agosto de 2014

Desde el año 2008 que los venezolanos le pedían a la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Unesco que tomaran en cuenta al Proyecto Cariaco dada su trayectoria.

La fosa de Cariaco revela sus misterios

La Unesco reconoció la importancia del proyecto científico.

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Científicos han trabajado en el proyecto desde 1995 a bordo del barco Hermano Ginés
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DANIEL GONZÁLEZ CAPPA |  EL UNIVERSAL
miércoles 6 de agosto de 2014  09:41 AM
En aguas venezolanas, entre las islas de Margarita y Cubagua, existe una fosa tan profunda que puede llegar hasta los 1.400 metros. En el fondo no hay oxígeno ni luz. La vida se hace muy difícil en estas condiciones.

Como no hay animales ni corrientes marinas, todo lo que cae en el fondo permanece imperturbable, casi fosilizado, con el paso de los siglos. A los científicos les llamó la atención y emprendieron en 1995 el Proyecto Cariaco con el objetivo de crear una serie de tiempo, un registro, de lo que allí sucede.

19 años después, los científicos tienen una idea más exacta de cómo los cambios del clima afectan a los océanos; esto involucra el papel que juega el mar en el equilibrio del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera y la variación de la temperatura. Los resultados –en los que trabajaron científicos y estudiantes nacionales y extranjeros que se aventuraron a bordo del barco Hermano Ginés– fueron reconocidos por la Unesco el pasado mes de julio.

Un trabajo de larga data

Ramón Varela es uno de los investigadores que ha permanecido en este proyecto durante  sus casi dos décadas ejerciendo el papel de especialista en oceanografía biológica. Explica que crear una serie oceanográfica de tiempo era una novedad en aquel entonces, con pocos ejemplos en todo el planeta. Fue recién a los diez años cuando el proyecto empezó a dar sus frutos.

Una de las primeras conclusiones sacadas es que los cambios del clima que afectan al mar ocurren de forma mucho más rápida de lo que se creía y que en el medio terrestre. "Uno podía pensar que, en el caso de Cariaco, al estar en un área tropical, podía ser un sistema más estable. Pero no lo es. Es una prueba de que en la naturaleza se producen cambios bruscos y repentinos", explica Varela.

Pone como ejemplo la variación de la intensidad en el viento ocurrido alrededor del año 2005 y que, cree, podría estar relacionado con la caída de la actividad pesquera, específicamente de sardinas. "No está claro si el clima fue el único factor o si también se debió a la pesca excesiva. Es probable que ocurrieran ambas cosas. Ahí es donde recae la importancia socioeconómica de estudiar el ambiente", dice el científico.

Otro hallazgo encontrado es que entre la superficie y el fondo de la fosa hay una zona intermedia con poco oxígeno, pero sin el suficiente ácido sulfhídrico. Esto permite que las bacterias desarrollen todo un ecosistema complejo. "En teoría, se cree que la vida comenzó en estas condiciones. Quiero decir que esta comunidad de bacterias nos está hablando de una forma de vida que debió ser muy parecida a la forma de vida primitiva", indica Varela.

Pero uno de los aportes más importantes del Proyecto Cariaco es el que respecta al equilibrio del CO2 que hay entre la atmósfera y las aguas y cómo este se relaciona con el cambio climático.

Uno de los fenómenos observados es que la temperatura del agua en la superficie ha aumentado 1 grado centígrado en apenas 19 años. "Es muchísimo si tomamos en cuenta que las estimaciones hablan de dos grados en cien años", explica Mayida El Souki, otra de las participantes en el proyecto. Esto se debe a que ahora hay más concentración de CO2 en las aguas y que los vientos que permiten la liberación de los gases hacia la atmósfera se han trasladado.

También han notado que la concentración de CO2 en el agua incrementa de forma paralela a la que hay en la atmósfera, y que este fenómeno se ha observado en otras partes del mundo. "Esto nos indica que sí hay cambios climáticos globales", enfatiza Varela.

El reconocimiento

Desde el año 2008 que los venezolanos le pedían a la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Unesco que tomaran en cuenta al Proyecto Cariaco dada su trayectoria.

En 2013, la comisión aceptó. No fue sino hasta julio de este año que El Souki viajó hasta París junto a Baumar Marín, del Instituto Oceanográfico de Venezuela, para defender el proyecto ante más de 40 delegaciones de todo el mundo.

Con este logro, los investigadores esperan que el Proyecto Cariaco pase a ser un programa con financiamiento estable, un objetivo difícil debido a su  duración. "La clave por la que el proyecto no se ha caído en estos 19 años es porque las instituciones han apoyado", dice El Souki.

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