sábado, 29 de noviembre de 2014

Reconocida como una de las áreas más ricas de la Tierra por su abundancia de oro y bosques, Madre de Dios, en el sureste peruano, paga caro sus atributos: la devastación y contaminación para obtener el mineral constituyen hoy el mayor desastre ecológico de la Amazonía.

Fiebre del oro causa un desastre ecológico en la Amazonía

Donde había una extraordinaria biodiversidad ahora se ven grandes lagunas llenas de mercurio.

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Unas 50.000 hectáreas de bosque amazónico ya han sido destruidas (Efe)
EL UNIVERSAL
viernes 28 de noviembre de 2014  11:50 AM
Huepetuhe.- Reconocida como una de las áreas más ricas de la Tierra por su abundancia de oro y bosques, Madre de Dios, en el sureste peruano, paga caro sus atributos: la devastación y contaminación para obtener el mineral constituyen hoy el mayor desastre ecológico de la Amazonía.

Donde había una extraordinaria biodiversidad ahora se ven grandes lagunas llenas de mercurio, terrenos destrozados por máquinas excavadoras y la peor postal de un ataque a la naturaleza que no logra controlar Perú, país anfitrión del 1 al 12 de diciembre de la conferencia de la ONU sobre cambio climático COP20.

"Aquí lo que pasa es que hay muchísimo oro. Y llega gente pobre de todas partes para sacarlo", dice a la AFP el ingeniero minero Raúl Ramos, que trabaja en la zona desde hace más de una década. 

Unas 50.000 hectáreas de bosque amazónico ya han sido destruidas, según el Ministerio de Ambiente, y el mercurio que utilizan los mineros para lograr la amalgama del oro agiganta los estragos en agua, suelos y en la salud de la población.

La recuperación de las áreas dañadas tomaría "no menos de 40 años", según el director del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), Ronald Corvera.

Madre de Dios, región fronteriza con Brasil, conserva uno de los fragmentos más grandes e ininterrumpidos de bosque tropical que subsisten en la Amazonía, el pulmón del mundo.

Pero en los últimos años, por la abundancia del oro y su elevado precio, unos 50.000 mineros se instaron en extensos campamentos, denunciados por las autoridades locales como lugares violentos.

En La Pampa, el campamento más grande y peligroso, son frecuentes las peleas que terminan a tiros.

"Hay varios muertos por semana. A veces quedan los cuerpos tirados por días. También hay gente que desaparece. Los matan y los entierran y nadie sabe más de ellos", comentó un minero "informante" de una entidad ambiental, que pidió reserva de su nombre.

¿Y la policíaâ Se le "paga con oro para que no moleste. En un intervención reciente pusieron sobre la mesa 106 kilos para que se fuera", dice este minero.

Pero el gobierno peruano ha realizado en el área varias operaciones militares y policiales, con destrucción de equipos y personas detenidas.

"Con la minería ilegal no hay tregua. Seguirán los operativos para terminarla", aseguró el general retirado Aldo Soto, funcionario encargado de enfrentar el problema.

Pese a la contaminación, la región conserva su potencial turístico y recibe a unos 100.000 visitantes extranjeros al año atraídos por reservas amazónicas como Tambopacta.

"No es posible la minería en zonas de selva, no es compatible", dijo a la AFP Eddy Peña, encargado de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental en Puerto Maldonado, capital de Madre de Dios.

Los mineros ilegales vierten de 30 a 40 toneladas de mercurio a los ríos cada año, según el gobierno peruano, y contaminaron el agua y los peces.

Un estudio patrocinado por la Universidad de Stanford (Estados Unidos) en Puerto Maldonado encontró que indígenas locales tenían en su cuerpo hasta cinco veces más mercurio que el admitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).  

"En Madre de Dios la economía es extractiva, la gente sobrevive de lo que saca de la naturaleza", dice a la AFP Eduardo Salhuana, dirigente y representante legal de la Federación de Mineros de Madre de Dios.

Antes fue el caucho, luego la madera y las castañas, y ahora el oro. 

"Con la llegada de la COP20, le van a mentir al mundo porque aquí no se ha mejorado nada. Siempre reinó la informalidad y hay un Estado ausente", afirma Salhuana.

En algunos puestos, trabajando día y noche, se llega a sacar 400 gramos de oro, según el ingeniero Ramos. "Los mineros obtienen unos 25.000 dólares por kilo y tienen sus propios circuitos de exportación", refiere sobre el negocio que se concentra en la cuenca de los ríos Madre de Dios e Inambari.

En esa zona de unos 400 km de largo, las reservas de oro fueron calculadas en 500.000 millones de dólares, 15 veces la deuda externa peruana, según un estudio de la Universidad ESAN, especializada en negocios.

Perú se ha consolidado como el quinto productor mundial de oro, con 164 toneladas anuales, según el ministerio peruano de Energía y Minas. De este total, 20% proviene de la explotación ilegal.

En 2013 las exportaciones de oro alcanzaron los 8.000 millones de dólares, según el Banco de Reserva de Perú.

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