domingo, 16 de junio de 2013

Reflexión final..No apoyo la política del desprestigio de la inmensa labor de la Dra. Henriqueta Peñalver para rescatar, preservar y difundir nuestro patrimonio de la Cuenca del Lago de Valencia, pero debo dar al lector la referencia que mi profesión me obliga de los trabajos realizados a partir de su desaparición de manera tan dura...Es en definitiva mi responsabilidad como referencista profesional con Venezuela y ser fiel a los ideales que la misma maestra e historiadora Henriqueta Peñalver me enseñó....El libro de Natalia Díaz fue el único producto de los faraónicos programas promocionados por la Fundación de la Cultura de la Alcaldía de Valencia hasta que finalizó la gestión de Francisco (Paco) Cabrera. Una Edición Aniversaria de Notitarde muy bonita con páginas coleccionables donde la única que escribió sobre estos temas fue Natalia Díaz y hasta ahi...la mitad de la valiosa colección de la Fundación "Lisandro Alvarado" que tanto trabajo le costó reunir a la Dra. Peñalver sigue arrumada en cajas llenas de polvo en algun lugar de cuyo nombre nadie conoce en la Alcaldía de Valencia, hoy en manos del Alcalde Ing. Edgardo Parra...sin saber qué van a hacer con éso. De Natalia Díaz no se ha vuelto a saber más...La otra mitad de la colección se puede apreciar en la Casa de los Celis en la Avda. Soublette c/c Comercio en Valencia. Total como todo en Valencia, detuvieron el tiempo sin ningún objetivo que no fuera el anacrónico y típico de la soberbia y traicionera sociedad valenciana, cuyo objetivo en 35 años de vivir en en Valencia resumo en : destruir por destruir y ya, pues ni un comentario sale de la boca de los "historiadores" de la tal Academia de la Historia de Carabobo...Tan hablachentos y elogiosos entre ellos, pues muchos de esos señores que hasta columna fija tienen en diarios regionales, nada ha salido para recordar o al menos pedir y exigir el rescate y muestra en exposiciones en lugares apropiados del rico tesoro que recopiló, registró y conservó la Dra. Henriqueta Peñalver...Salvo el Lic. Alfredo Fermín se ocupa del tema en su columna dominical en el diario "El Carabobeño":"Hoy y después en Valencia", pero Fermín es margariteño, o sea, con otro código distinto al de los valencianos de pura cepa...

 

Cuando consideré oportuno hacer un blog en el que recordara lo vivido al lado de mi amiga la Dra.
Henriqueta Peñalver desde 1975 hasta su fallecimiento, lo hice por ver a Venezuela  metida en tales problemas que no saldremos sin entendimientos en algunos puntos básicos que exigen que quienes 
vivimos y participamos en la vida cultural de la nación entre los años 70-2000, diéramos un paso 
al frente y aportáramos nuestro testimonio para la reestructuración de la nueva Venezuela, 
sin repetir las injusticias que toleramos, en mi caso obedecí a mi consciencia como católica activa, de formación jesuita y benedictina, pues soy egresada de la UCAB y cumpli años de formación en la Abadía "San José"en Güigüe, además soy demócrata convencida y con una estructura ética y moral que me permitieron observar y discernir convencida que vendrían tiempos difíciles en los que debería  convertirme en la primera defensora de las aspiraciones de vida y derechos de todos los venezolanos que seríamos  convocarlos a un gran esfuerzo. Si mis palabras defienden sólo a mis amigos y persiguen a quienes no lo son me convierto en dictadora, en esa "fascista", "apátrida" y "pitiyanqui" como la definen los gobernantes de turno que no saben lo que dicen, todo lo contrario se autodefinen pues lo que viven ellos es ésa condición. No soy política por tanto busque narrar la vida de una gran mujer que trabajó duro por una Venezuela digna y de los venezolanos, ejemplo de lo que llevó a Venezuela a vivir los lodos actuales...Justamente por eso no debo fanatizarme sino contar objetivamente lo que vivi y vi a su lado, y finalizar mi relato con lo que se hizo después que ella se fue de entre nosotros. Equivocarme en esto es firmar el fracaso de mi intención como amiga de Henriqueta Peñalver y desatar la violencia que genera el anacronismo valenciano en sus instituciones "culturales", sería ruin de mi parte si me parcializo sólo por lo que ella logró, es más le haría un inmenso daño a mi testimonio porque por mi exclusión de los otros invalido el trabajo que ella hizo y mi testimonio sería parcializado y sectario...Vine desde Caracas en 1974 creyendo en el diálogo...y nunca me imaginé el ambiente que a partir de la muerte del Dr. Adolfo Blonval López me iba tocar enfrentar SOLA. Diálogo no es posar juntos para la foto. Significa reconocimiento democrático del otro para desde el “nosotros” reconstruir la República dándole a cada campana la posibilidad que se oigan sus tonalidades y repiques.

Digo ésto porque después de la terrible experiencia que compartí entre los años 1999-2003 cuando la
Alcaldía de Valencia y la Fundación para la Cultura de dicha institución arremetieron contra la Dra.
Peñalver y su obra, incluso por quienes se decían sus "amigos historiadores" reafirmé que en Valencia y sus prejuicios vivía un país que no era el que me enseñaron mis familiares y maestros...No soy Dios para juzgarlos, pero no manejo el mismo código de la doble moral y desprestigio por envidia para aniquilar la obra de quien en verdad hace un trabajo serio,
que el convertido en inquisidor y juez ni la hace ni es capaz de realizarla, ("ni lava ni presta la batea") sólo de aniquilarla y colocarle un sanbenito al quye la hizo como buen Savonarola, émulo del Dr. Miguel Peña.La obra no importa que se pierda, lo importante es que yo la aniquilé con mi lengua viperina y mis contactos familiares...Asi amigos de Carabobo no se construye un país. Pero como referencista y cumpliendo mi deber profesional debo mencionar un libro publicado justamente en el año 2006, cuando la mitad de la colección de la Fundación Lisandro Alvarado estaba "custodiada" por la Fundación Cultural de la Alcaldía valenciana con miras a fundar un Museo Antropológico, hecho que anunciaban con pendones inmensos en la sede de ficha Fundación en el Parque Recreacional Sur donde ni por descuido decían que era la mitad de la colección que metieron en cajas y las echaron a un depósito a dormir el sueño del sombrío personaje que hace indulgencia con escapulario ajeno, silenciando TODOS los años de trabajo en excavaciones y registro de los materiales que realizó Henriqueta a quien acusaban de "ladrona de sus propias piezas descubiertas" y juzgaban de mil maneras injustas con una exquistez de mal corazón y envidia, pasiones que rechazo absolutamente del gentilicio valenciano, porque yo también lo viví.
Pero como devota de San Francisco de Asis, pido ser "instrumento de su paz" en una Venezuela  que está harta y su población no tiene deseo de guerra, sino un clamor por la paz, la convivencia entre los diversos y deseo de una decisión firme para construir juntos el desarrollo necesario. Ahora, más allá de aferrarnos a defender a una persona singular, necesitamos en todas las áreas equipos capaces, conectados con los problemas y con la población que los sufre, historiarlos con la verdad por delante y darle paso a las nuevas generaciones.El gran desafío para los demócratas (90% de los venezolanos) es mantener la paz, la serenidad y el trabajo organizado para reconstruir una sociedad plural, social e inclusiva y superar la pobreza y la mediocridad que nos consume. Triste sería que un cambio encontrara al país improvisando y, peor aún, pensando en regresar al pasado...

En medio de esa separación arbitraria de la colección de la Fundación "Lisandro Alvarado"se produjo un trabajo mayormente realizado por la Lic. Natalia Díaz Peña, personal de la Fundación para la Cultura de la Alcaldía de Valencia en esos años, a la que conozco muy poco, pero de la que si tengo  un libro titulado:


"La colección arqueológica del Lago de Valencia: documentación y nueva museología", Ediciones de la Fundación para la Cultura de Valencia y el Centro de Investigaciones Antropológicas, Arqueológicas y paleontológicas de la UNEF. Junio 2006

329 p.



Reflexión acerca de la responsabilidad social de la arqueología nacional


Domingo 11 de febrero del 2007

La Alcaldía de Valencia apoyó la investigación realizada por la museóloga Natalia Díaz Peña con la publicación de su trabajo, fruto del esfuerzo de varios y pacientes años, libro que contiene todos los pasos y el resultado que da por título "La colección arqueológica del lago de Valencia: documentación y nueva museología".


La preocupación partió desde la realidad: Las colecciones de arqueología depositadas en los museos de Venezuela carecen de inventarios, catalogación y documentación por lo que la importancia de este libro radica en el esfuerzo de recopilar y analizar las colecciones arqueológicas del tiempo prehispánico de la cuenca del Lago de Valencia desde la óptica de la llamada nueva museología que busca el origen, localización, identificación y la contextualización para su pertinente valoración, conservación, interpretación, estudio y exposiciones.

El resultado nació de la tesis de maestría de Museología de la Universidad Francisco de Miranda, cofinanciada por el Centro de Investigaciones Antropológicas, Arqueológicas y Paleontológicas de la propia Casa de Estudio.

El antropólogo Luis Molina, tutor de dicha investigación, sostiene: Al utilizar materiales documentales que se encuentran en archivos de museos y centros de investigación, Natalia Díaz Peña también nos permite conocer otras facetas de la arqueología y de los arqueólogos venezolanos, en el sentido que ahora sabemos de los esfuerzos, a veces aislados, por resolver el asunto de la documentación de las colecciones arqueológicas y, además, por hallar nuevas lecturas museológicas para esas colecciones.

Natalia Díaz Peña parece haber encontrado la clave en todo este asunto: "Pareciera que los arqueólogos necesitan un sistema de información diferente a los museólogos, aunque estemos hablando del mismo objeto. Es decir que cada uno construye un discurso distinto a partir de patrones lingüísticos comunes, pero sin lograr validar la particularidad de cada ciencia con la amplitud necesaria.


El arqueólogo puede hacer uso del cuaderno de campo o la elaboración de fichas para el registro sistemático del objeto, pero puede ignorar la importancia de elaborar o exigir -de acuerdo al caso- el sistema de registro para la entrada del objeto al museo" (p 295).

Por ello, de acuerdo a lo escrito en la contraportada del libro, este ensayo " es un aporte a la historia de la arqueología venezolana. Es considerado pionero, pues hasta el momento, el país no cuenta con un esbozo más acabado que el presente. Ningún otro trabajo ha puesto a los arqueólogos, y su quehacer, en cuestión, además que reúne muchas piezas dispersas de manera estelar al cincelar el actual rostro de la identidad venezolana.

A partir de este trabajo hoy es posible reflexionar acerca de la responsabilidad social de la arqueología nacional, descubriendo con ello esa otra dimensión de la disciplina, que no se agota en la pieza encontrada y/o clasificada y estudiada.

En el campo de intersección de ambas disciplinas, arqueología y museología, la autora muestra cómo la arqueología es una disciplina que se resuelve, finalmente, en los museos, y a la vez, cómo la museología y la arqueología, a tiempo que son actividades complementarias, parten de postulados y códigos diferentes, que hasta hoy se enfrentan o se ignoran, evitando con ello su feliz conjunción. Con este planteamiento Natalia Díaz Peña abre, tanto para la museología como para la arqueología nacional, nuevos y sugerentes horizontes de reflexión" (Notitarde, 11/02/2007, Letra Inversa).-

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